El País

Panaderos denuncian que los molinos empezaron a cobrar la harina “a precio dólar”

El valor de la bolsa de harina de 50 kilos que compran las panaderías pasó de 230 pesos en febrero de 2018 a 1.500 pesos en la actualidad.

La Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires (FIPPBA) denunció este viernes que los molinos comenzaron a cobrar la harina “a precio dólar”, con el tipo de cambio actualizado a la fecha de cobro.

“Los molinos grandes que manejan el precio son los que indexan los precios. Nos mandan las facturas en pesos pero aclaran que la cifra se actualiza de acuerdo al valor del dólar en la fecha que el panadero pague”, dijo Martín Leiras, secretario de la FIPPBA.

El valor de la bolsa de harina de 50 kilos que compran las panaderías pasó de 230 pesos en febrero de 2018 a 1.500 pesos en la actualidad, por lo que ascendió un 552,17% en un año y medio, mientras que el precio del pan subió un 100% en ese mismo período.

En declaraciones a La 900, el dirigente industrial dijo que hay al menos “cuatro molinos” que ya enviaron facturas a sus clientes con la facturas expresadas en pesos, pero con la “indexación” acorde al precio del billete estadounidense.

Leiras precisó que los molinos envían las facturas expresadas en pesos “con una leyenda que dice que al momento del pago se le va a actualizar el valor según el precio que el dólar tenga en ese momento”.

La FIPPBA envió este viernes una nota a todos los centros de panaderos de la provincia en la que indica que los clientes de los molinos deben pagar las facturas de acuerdo a lo que diga el monto en pesos, sin permitir que les actualicen por el dólar porque “esa indexación encubierta e ilegal”.

La Federación viene reclamando desde hace dos años que las 6 millones de toneladas de trigo que consume el mercado interno se comercialice con un precio diferenciado del de exportación, porque una economía pesificada no puede abonar valores dolarizados.

“No podemos permitir que se juegue de esta manera con un producto tan sensible como es el pan, que está en la mesa de todos los argentinos”, dijo Leiras y señaló que el reclamo no es un “capricho” sino que busca la “subsistencia” de miles de puestos de trabajo.

Y agregó: “Estamos levantando la voz porque se está quebrando una industria que debe ser una de las más grandes del país. Estamos reclamando que se controle la clandestinidad, pero ni siquiera eso”.

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